A la espera [Emmet]

No era humano, no era asesino... me iba repitiendo mientras avanzaba por los pasillos del instituto. Como un ex alumno, bueno... como casi todos los ex alumnos que exisiten en el Washintong me tocaba ir a dar una charla a los futuros universitarios de lo que era mi vida.

Bien era cierto que ya me había matriculado varias veces en la universidad y que siempre ponía como excusa que tenía una beca de deportes, pero... hablar a humanos... de una carrera que ni cursaré... me ponía de los nervios.

Creía que ya había pasado esa etapa en que aguantaba el olor humano en un lugar cerrado... pero no.. tuve que volver.

Por ello cuando escuché el timbre salí lo más rápido posible, tanto que fuí uno de los primeros en cruzar el patio dirección el aparcamiento. Sin embargo.. olfatee.. algo... un licantropo.

me giré y allí estaba Leah Clearwater. Me acerqué a ella.

- Que haces tan lejos de la Push? - pregunté con una sonrisa en los labios.

No pude evitar que mi rostro se dibujara una sonrisa burlona, Leah me era muy graciosa. Tenía siempre un humor de perros y no acababa de entender como, si no le gustaba lo que hacia por nosotros lo hacía… era un poco… bipolar.

- Yo también me alegro de verte Leah – dije sarcásticamente metiendo mis manos en la chaqueta.

Arrugué la nariz al percibir ese olor tan desagradable acercarse hasta mi, sin embargo no desdibuje la sonrisa en mis labios. No.. aquella muchachita me hacia reír…

- Por supuesto.. – le miré a los ojos una última vez antes de avanzar hasta el bosque cercano al instituto.

Caminé en silencio, no quería que la muchacha comenzará a temblar y se convirtiera en un perrito con ganas de atacarme. Estaba de demasiado buen humor para atacar a un licántropo y meterse en problemas tanto con Bella como con Edward y los demás.

Una vez cerciorado y a una distancia prudencial del instituto se giró vehemente hacía la chica.

- Y bien? En que te puedo ayudar?

No pude reprimir las carcajadas... su tierno cuerpecito chocando contra algo tan duro como una piedra... es decir, yo.

La miré un instante ahí en el suelo mientras se quejaba por el choque y la caída, intenté controlar mi risa y le ofrecí mi mano.

- ¿Estas bien? Ten cuidado... hay... piedras por el bosque... - y me volví a reír nuevamente aunque esta vez solo unos segundos transcurridos los cuales le miré nuevamente con una sonrisa en mis labios.

- Mil disculpas, pero no puedo remediarlo eres muy graciosa. Y ahora aceptas mi mano para levantarte?

Mire incredulo el orgullo de esa muchacha. Era digno y admirable desde luego, por ello no podía evitar curvar mis labios en una sonrisa, esta vez amable.

Obviamente ella no iba a aceptar su ayuda tratandose de dos especies tan distintas y que eran enemigas naturales, pero a Emmett últimamente todo aquello le daba igual. Al fin y al cabo se habían convertirdo en algo así como "compañeros" con la batalla contra los Vulturis .

- eres graciosa aunque no lo quieras ver... porque intentas hacerte la dura y no eres más que una chiquilla... pero no quiero ofenderte, sino Edward me va a matar.