La caza había terminado, un oso y dos simples gacelas. Me había aburrido bastante la verdad, el oso era demasiado viejo y no había luchado.. las gacelas.. bah… nunca oponen resistencias y no es divertido.
De vuelta pasé por Forks… iba en mi cuatro por cuatro cuando el dulce aroma de Rosalie llegó hasta mis narinas. Paré el coche y me desvié de mi camino hacia donde estaba, paré justo delante de su espectacular figura…
- Se ha perdido? – pregunté con toda mi picardía y dedicándole mi mejor sonrisa.